EDITORIAL
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Abstract
Estadísticas internacionales han demostrado que entre el 0,8 y el 1,2 por 1000 de los recién nacidos (RN) vivos padecen alguna cardiopatía congénita (CC), de estos el 50% aproximadamente solo requerirán tratamiento médico y el otro 50% requerirán algún tipo de tratamiento ya sea quirúrgico o por cateterismo intervensionista (1); aunque últimamente algunos reportes, especialmente de países menos desarrollados, indican que hasta un 5% de los RN vivos padecen alguna CC, pues con la mayor sobrevida de neonatos, prematuros y los nuevos equipos de ecocardiografía se están detectando mayor número de casos que antes no se diagnosticaban (2,3,4).
Según datos de la UNICEF, solamente en el 2005 se registraron 295.000 nacimientos en Ecuador (5); entonces fácilmente podemos calcular (si tomamos en cuenta la primera tasa de incidencia) que aproximadamente 3.000 niños nacerán con patología cardiaca; de éstos, 750 requerirán alguno de los dos últimos tratamientos mencionados anteriormente. Enfatizo, esta cantidad de pacientes en un solo año.
¿Qué pasa con estos niños?...
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