Desde la década de los ochenta, y con más fuerza en los noventa, dentro de los plalnes de estudios de economía de pregrado se ha estado excluyendo de a poco a la cátedra de Pensamiento económico, ya que como Gordon, citado por Roncaglia (2015:3), afirma la teoría neoclásica no encuentra la necesidad de incluir a la historia como parte de la formación profesional. El ascenso del neoliberalismo en américa Latina desembocó en las universidades, sobre todo en las públicas, influyendo en los (Re) diseños curriculares. El resultado de esta influencia fueron economistas formados que brindaraon soluciones estandarizadas a problemas originados en contextos muy particulares. Las universidades de los países latinoamericanos sucumbieron a la llegada de economistas formados para resolver los problemas del mundo desarrollados, pero no para formular propuestas exitosas en países subdesarrollados en vías de desarrollo (PSVD). Los resultados de las (de los tiposs de) medidas económicas tomadas a principio de los noventa se reflejó a finales de la misma década: gran parte de los PSVD, si no eran todos, estaban envueltos en una crisis financiera, bancaria o económica, si es que no lo eran todas ellas juntas, obviamente con grandes costos sociales.