Las transformaciones sociales, producto del desarrollo de la sociedad contemporánea, se producen a ritmos cada vez más vigorosos y acelerados. Esta situación ha repercutido, a nivel elemental, en la propia conformación de la familia, dando lugar a la aparición de «nuevas formas de familia». Esta se ha visto obligada, por distintos factores, a establecerse bajos nuevos paradigmas. La función paterna y materna también se ha desdibujado dando lugar a la aparición de síntomas en los hijos: la dificultad en el aprendizaje, es solo uno de ellos. Este texto parte de la importancia que para el psicoanálisis ha tenido el nombre del padre y el deseo materno, como elementos clave en la constitución del sujeto; desde este sustrato teórico analiza cómo la disolución tradicional de los vínculos familiares puede afectar el desarrollo y el aprendizaje de los niños y jóvenes en la actualidad. Se trata de un texto que si bien está enraizado en la familia ecuatoriana, puede extrapolarse a la familia humana que vive en una sociedad globalizada.