Prepararnos consecuentemente, para vivir, crear y transmitir los saberes que la época exige, compartiendo y experimentando, la evolución y los cambios intensos, vertiginosos y dramáticos, que demandan asegurar la preservación de la cultura, los conocimientos humanísticos y el desarrollo de la ciencia socialmente comprometida.
Es necesario resolver y tomar conciencia de que estamos frente a la necesidad de profundizar el debate acerca de la resignificación de lo público, toda vez que con mayor frecuencia se hace imprescindible entender que la Educación Superior, como bien público, constituye un espacio colectivo de realización de los derechos ciudadanos, desde su aporte en la construcción de proyectos territoriales de innovación social, que contribuyan al mantenimiento de un Estado constitucional de derechos, justicia y de bienestar para todos.
De igual manera, pensamos que los modestos aportes y reflexiones que configuran el presente libro, deberán convertirse en una posición más, sin que sus contenidos sean considerados como enfoques que hay que sostener a ultranza; ni salidas o recetas, cuya pretensión sea la inmediata solución de los problemas de la Universidad ecuatoriana.
La Universidad ecuatoriana, está obligada no sólo a dar pasos agigantados, sino a correr para recuperar el tiempo perdido, pero es necesario que retome su rumbo y sus horizontes de futuro para dilucidar cómo llegar, para abordar en profundidad las imprescindibles transformaciones académicas, financieras, administrativas y de gobernabilidad.
La acción ha sido y será maratónica si realmente queremos instituir como principio general, un lugar para el compromiso social de las universidades, poniendo especial énfasis en la preservación y desarrollo de la cultura y el conocimiento, que debe ser fielmente cumplido, acorde a los nuevos retos que marcan las actuales tendencias de la educación superior en América Latina y el mundo.